El Shiatsu de Ana Martín
Teníamos pendiente recordar el fantástico momento que nos proporcionó nuestra Ana.
El pasado 2 de Mayo asistimos a un acercamiento al Shiatsu. Ana Martín nos enseñó el significado de la palabra japonesa,
Shi y Atsu: dedo y presión.
De origen chino, el Shiatsu viajó para afianzarse sobre todo en Japón y de ahí pasar a Occidente. Nos habló de una terapia milenaria que está presente en el Ministerio de Sanidad Japonés. Se define como la aplicación de presión con los dedos y las palmas de las manos sobre determinados puntos, de ese modo corrige irregularidades, mantiene y mejora la salud, contribuye a aliviar ciertos problemas de salud (dolor, estrés, trastornos emocionales), activando la capacidad de auto curación de cuerpo. Está en su cartera de servicios. Casi nada.

Shiatsu se inspira en el saber tradicional, “La vida en armonía con la Naturaleza”
Ana nos introdujo en un mundo de sabiduría, de intuición y cuidados. Armonía cuerpo y espíritu.
Nosotros lo supimos en la práctica, sobre todo estiramos músculos. Resultó espléndido saber de qué manera unas partes de nuestro cuerpo reaccionan de según las presiones que reciba. Y así supimos cómo trabajar la cabeza, el pecho, las nalgas, las piernas, los pies…
Descubrimos que existen los Meridianos, que son como las arterias energéticas; si la energía se bloquea surge el problema. Por eso hicimos masaje, amasamiento y nos fuimos metiendo en harina por parejas, acompañando la respiración de nuestro compañero o compañera, compartiendo en grupo las enseñanzas de nuestra maestra.
Agradecer la profesionalidad, la disposición y el cariño con que Ana Martín nos guió, como hace unas semanas agradecimos a José Luis Díaz su taller de iniciación al Chi Kung. Seguimos de espaldas al Oriente, y son muchas las enseñanzas que nos llegan desde allí, boicoteadas por la prisa y los prejuicios de nuestra “civilizada sociedad mercantil”. Por eso, las ocasiones que se tienen de tomar contacto con alguna de sus especialidades, que se manejan para un mejor conocimiento físico y psíquico de nuestras personas, es muy de agradecer.
Una sensación de ligero cansancio quedó al terminar, ese que a uno le queda tras haber movido músculos que uno no sabe que estaban en el cuerpo. Parecía que no se hacía gran cosa, pero claro que al final se nota, sobre todo en una sensación de bienestar.
Nos quedamos con ganas de más, pues cuando estás a gustito… uno se queda como al final quedó Ana, cansada y feliz.
Fue una bonita mañana, cargada de energía positiva.
Una sensación de ligero cansancio quedó al terminar, ese que a uno le queda tras haber movido músculos que uno no sabe que estaban en el cuerpo. Parecía que no se hacía gran cosa, pero claro que al final se nota, sobre todo en una sensación de bienestar.
Nos quedamos con ganas de más, pues cuando estás a gustito… uno se queda como al final quedó Ana, cansada y feliz.
Fue una bonita mañana, cargada de energía positiva.
©Fotografías de Rafael Arroyo