Luis Felipe se mueve entre las coordenadas a las que nos tiene acostumbrados: zalamero, tierno y contundente. Matías, veleidoso, delirante, surrealista, poético en aguafuerte.
Las canciones de Luis Felipe llevan su esencia en lo que van cantando, rezuman belleza, sencillez, artesanía, oficio. Uno las escucha. No envuelven ni enamoran en la primera cita. Requieren su tiempo. Su propia cadencia. Y, cuanto más se las frecuenta, más matices nos devuelven, más sugerentes y hermosas nos resultan. Quizás porque se desvisten: “me encantaría/ trepar con galantería/y que tus manos de seda fina/ me entreguen el camisón”. De entre todas, cualquiera, pero sobre todo la ronda napolitana, precedida de un fragmento de la zarzuela ‘La canción del olvido’, como un guiño a su condición de obsoleto. “Para empezar, te empezaría/ por donde quieras llevarme/ para sonrojarme con tranquilidad / para desabotonarte con arte y tumbarte/ en los lindes del mar...”
Matías Ávalos es el alter ego de Luis Felipe. O viceversa. Porque juntos se ensamblan en un juego especular en el que todo encaja y se disfruta. Matías, más abrupto, más escultor en tanto que forja las palabras hasta retorcer imágenes y metáforas que nos golpean, nos perturban (“tiempo gusano remoto con hambre”). Es un visionario lírico, pero de otra forma. Si uno está atento, detectará la ternura última con la que canta, con esa delicadeza precaria de quien se juega (porque vivir también es un juego).
Fuente:
http://www.edicionesevohe.com/products-page/intravagantes/heterotopias-libro-cd-matias-avalo-y-luis-felipe-barrio
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Las canciones de Luis Felipe llevan su esencia en lo que van cantando, rezuman belleza, sencillez, artesanía, oficio. Uno las escucha. No envuelven ni enamoran en la primera cita. Requieren su tiempo. Su propia cadencia. Y, cuanto más se las frecuenta, más matices nos devuelven, más sugerentes y hermosas nos resultan. Quizás porque se desvisten: “me encantaría/ trepar con galantería/y que tus manos de seda fina/ me entreguen el camisón”. De entre todas, cualquiera, pero sobre todo la ronda napolitana, precedida de un fragmento de la zarzuela ‘La canción del olvido’, como un guiño a su condición de obsoleto. “Para empezar, te empezaría/ por donde quieras llevarme/ para sonrojarme con tranquilidad / para desabotonarte con arte y tumbarte/ en los lindes del mar...”
Matías Ávalos es el alter ego de Luis Felipe. O viceversa. Porque juntos se ensamblan en un juego especular en el que todo encaja y se disfruta. Matías, más abrupto, más escultor en tanto que forja las palabras hasta retorcer imágenes y metáforas que nos golpean, nos perturban (“tiempo gusano remoto con hambre”). Es un visionario lírico, pero de otra forma. Si uno está atento, detectará la ternura última con la que canta, con esa delicadeza precaria de quien se juega (porque vivir también es un juego).
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http://www.edicionesevohe.com/products-page/intravagantes/heterotopias-libro-cd-matias-avalo-y-luis-felipe-barrio
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