
"Subimos al coche, tras un rato en el Elígeme, y enfilamos hacia La Gruta. Luis cantaba allí esa noche y desde que terminamos el rodaje de “Metro del lunes” no me daba el gustazo de verle mover caderas y notas, silbos y cadencias en un escenario.
Con las ventanillas bajadas y “El Agus” de copiloto cantarín, ya el trayecto se convirtió en un concierto a pleno pulmón y sin canciones escritas. Pura improvisación, sonidos guturales, ritmo, frescura y el pleno sentimiento de estar vivos, de respirar la noche. Cada vez que parábamos en un semáforo, la gente se giraba para escuchar aquella loca sonata que invitaba a la alegría, a bailar por las aceras." Corría 1987.
Así era y así es Luis Pastor.
Que nació en Berzocana, que es un “extremeño ilustre” y un vallecano auténtico, un portugués de alma y un canario de adopción, que tiene un porrón de discos, que lleva su compromiso social y vital en el ADN, que canta como pocos y siente como tantos en tantas geografías maltrechas, todo eso, seguramente ya lo sabéis.
Tan de cerca como en casa, estaremos el sábado 5 de diciembre con él y su compañera, Lourdes Guerra.
Encuentro imprescindible con el encanto de su ritmo, su poesía, con esa eterna ternura en cada nota, en cada palabra.
Prepararemos una cena al alimón, tomaremos ese vino de tierras extremeñas que no puede faltar en nuestros encuentros más íntimos y celebraremos estar en buena compañía.
Disfrutaremos, porque esa es nuestra esencia, de la cultura cercana, que debiera ser el pan nuestro de cada día.
Con las ventanillas bajadas y “El Agus” de copiloto cantarín, ya el trayecto se convirtió en un concierto a pleno pulmón y sin canciones escritas. Pura improvisación, sonidos guturales, ritmo, frescura y el pleno sentimiento de estar vivos, de respirar la noche. Cada vez que parábamos en un semáforo, la gente se giraba para escuchar aquella loca sonata que invitaba a la alegría, a bailar por las aceras." Corría 1987.
Así era y así es Luis Pastor.
Que nació en Berzocana, que es un “extremeño ilustre” y un vallecano auténtico, un portugués de alma y un canario de adopción, que tiene un porrón de discos, que lleva su compromiso social y vital en el ADN, que canta como pocos y siente como tantos en tantas geografías maltrechas, todo eso, seguramente ya lo sabéis.
Tan de cerca como en casa, estaremos el sábado 5 de diciembre con él y su compañera, Lourdes Guerra.
Encuentro imprescindible con el encanto de su ritmo, su poesía, con esa eterna ternura en cada nota, en cada palabra.
Prepararemos una cena al alimón, tomaremos ese vino de tierras extremeñas que no puede faltar en nuestros encuentros más íntimos y celebraremos estar en buena compañía.
Disfrutaremos, porque esa es nuestra esencia, de la cultura cercana, que debiera ser el pan nuestro de cada día.