Cantando a capela junto a su compañera de vida y escenario, Lourdes Guerra, Luis Pastor entra sin prisa, anticipando el tono de una noche llena de emociones.

Todo movimiento, todo cadencia, Luis nos cuenta cómo sus ritmos le llegan de África a través de su querido Zeca Afonso, también de Fausto.
Nos habla de sus años cerca de Portugal, dentro de Portugal, de su cariño por esa tierra, de los dos libro-discos paridos al calor de la poesía y la profunda querencia con José Saramago.
Con esa sonrisa y esa mirada, que también juegan a enamorar a su audiencia, nos lleva de la mano por geografías y recuerdos hasta hacernos sentir que son, también, un poco nuestros.
Porque sentimos su poesía, la de él, la de Portugal, la de los que creen en un futuro mejor.
No se olvidó de Vallekas, de su querida tierra extremeña, ni de la sala Elígeme. Porque Luis es también memoria y compromiso, siempre lo ha sido, como lo muestra el recuerdo de himnos populares que hizo. Sonó "Con tu puedo y mi quiero" y todas nuestras voces se sumaron
Poesía y canción, compromiso humano, militancia rebelde. Con esos ropajes se vistió una nueva noche mágica en Kali Panoa.

También Luis Boyano, nuestro mago de cabecera, estuvo con nosotros y disfrutó a tope del concierto. Lo rubricó con algunos de sus juegos para regocijo general, provocando la risa y el inevitable asombro ante su genialidad.
Y no, ahí no acabó la cosa, Luis Pastor nos regaló otra tanda de nuevos cantos en acústico y a capela, en un aire de andar por casa tan entrañable como generoso, mientras llegaba una tarta enorme para dos cumpleaños, porque también Lourdes había cumplido en estos días, igual que Víctor.
Dos velas que, al apagarse, dieron paso a un "Grandola Vila Morena" que coreamos con la piel erizada y que cerró lo que fue un verdadero privilegio: casi tres horas con la música y el alma, con la palabra y la fuerza de Luis Pastor.
Un nuevo encuentro marcado por la calidad artística y la cercanía. Porque también a esos pedazos de artistas les corresponde un público entregado, que viene sólo a gozar la cultura entre amigos y parece que lo consigue plenamente. Esa es nuestra esencia.
Y no, ahí no acabó la cosa, Luis Pastor nos regaló otra tanda de nuevos cantos en acústico y a capela, en un aire de andar por casa tan entrañable como generoso, mientras llegaba una tarta enorme para dos cumpleaños, porque también Lourdes había cumplido en estos días, igual que Víctor.
Dos velas que, al apagarse, dieron paso a un "Grandola Vila Morena" que coreamos con la piel erizada y que cerró lo que fue un verdadero privilegio: casi tres horas con la música y el alma, con la palabra y la fuerza de Luis Pastor.
Un nuevo encuentro marcado por la calidad artística y la cercanía. Porque también a esos pedazos de artistas les corresponde un público entregado, que viene sólo a gozar la cultura entre amigos y parece que lo consigue plenamente. Esa es nuestra esencia.

Os dejamos con una muestra de las muchas imágenes del encuentro, realizadas por Rafa Arroyo y Daniel Claudín. Gracias a los dos, es un lujo teneros.
Gracias, siempre, a quienes se lo curran para que cada encuentro sea especial.
Gracias, Luis y Lourdes. Este pedacito de monte está cada día más bonito desde que gente tan imprescindible como vosotros nos acompaña para sembrar cultura.
Gracias, siempre, a quienes se lo curran para que cada encuentro sea especial.
Gracias, Luis y Lourdes. Este pedacito de monte está cada día más bonito desde que gente tan imprescindible como vosotros nos acompaña para sembrar cultura.
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