Todas las imágenes de esta página han sido realizadas por Rafael Arroyo
Lo vamos a contar una vez más: Kali Panoa son dos palabras que provienen del náhuatl, la antigua lengua que se hablaba en la zona de México. Significa algo parecido a Pasad a casa. Hay que aclararlo porque ese es el sentido de una asociación cultural pensado sobre tres ideas: Cultura, naturaleza y ciudadanía. En la práctica es estar abiertos al arte, a la lucha contra las injusticias, atentos a un sistema que está destrozando nuestro medio.
Estar abiertos. De ahí que cuando alguien nos enreda con complicaciones satisfactorias, nos dejamos, porque nos encanta.
Estar abiertos. De ahí que cuando alguien nos enreda con complicaciones satisfactorias, nos dejamos, porque nos encanta.

El concierto era en un principio de Miryam Quiñones, pero coincidió con la presencia de Tita Parrra por estas tierras, y aprovechó Miryam para compartir el escenario con ella. Y Tita también nos trajo la enorme sorpresa de venir acompañada de Cristina Narea, una de las grandes del presente de la canción de autor. Y así se compuso una tarde noche maravillosa. Las tres acompañadas con músicazos: Manu Clavijo, tan amigo y tan querido de esta casa y de Kali Panoa, Greco Acuña y Osvi Greco, descubrimientos sensacionales. Siempre descubrimos algo nuevo y potente en nuestros encuentros
Miryam lleva muy pocos meses entre nosotros, pero ya se ha hecho un hueco entre los mejores. Tiene un repertorio fantástico de canción latinoamericana, con temas que nos ponen los pelos de punta con esa voz maravillosa, haciendo además una labor de difusión de cantautores que aquí desconocemos, o al menos conocemos lo justito. Desde que la descubrimos en uno de los micros abiertos que organiza Andrés Sudón en Libertad 8, oportunidad de conocer los nuevos y boyantes artistas del género, nos la quisimos traer, y ese día lo conseguimos. Nos fascinó su voz, su belleza, su elección de las canciones.

Tita Parra, nieta de la mítica Violeta Parra, nos acercó a la canción fabricada a partir de los aires folklóricos de su tierra, ofreciendo temas de su último trabajo: "Yo soy la feliz Violeta". Nos recordó a aquella mujer querida y admirada más allá de sus fronteras, por su trabajo, por su personalidad. Tita tiene el empuje de aquellas mujeres enraizadas en la tierra, cantando seguramente como sonaría en directo aquella Violeta de la que ahora se cumplen 100 años de su nacimiento. Y aceptamos felices su regalo de ser Kali Panoa una de las paradas de la “Ruta Violeta” que se está construyendo en varios países, manejada con artistas que autogestionen sus actuaciones.
En palabras de la propia Tita Parra: “el objetivo de La Ruta de Violeta es crear lazos, apoyar iniciativas de la propia gente, invitando a cantoras populares a participar, haciendo lo que Violeta hacía, estar con la gente”.
La Ruta de Violeta, respaldada y patrocinada por la Fundación Violeta Parra, surge con la intención de celebrar los cien años de Violeta, creando puntos de cultura popular en torno a la creadora, en rincones donde su figura es querida, pero tal vez no tan difundida.
La iniciativa también apunta a desarrollar un trabajo social en terreno, incentivando a las personas a crear grupos de folklore, a organizar ferias de artes populares, a crear al estilo de Violeta Parra en los ámbitos de las artes y la vida popular.
Tita Parra, nieta de la mítica Violeta Parra, nos acercó a la canción fabricada a partir de los aires folklóricos de su tierra, ofreciendo temas de su último trabajo: "Yo soy la feliz Violeta". Nos recordó a aquella mujer querida y admirada más allá de sus fronteras, por su trabajo, por su personalidad. Tita tiene el empuje de aquellas mujeres enraizadas en la tierra, cantando seguramente como sonaría en directo aquella Violeta de la que ahora se cumplen 100 años de su nacimiento. Y aceptamos felices su regalo de ser Kali Panoa una de las paradas de la “Ruta Violeta” que se está construyendo en varios países, manejada con artistas que autogestionen sus actuaciones.
En palabras de la propia Tita Parra: “el objetivo de La Ruta de Violeta es crear lazos, apoyar iniciativas de la propia gente, invitando a cantoras populares a participar, haciendo lo que Violeta hacía, estar con la gente”.
La Ruta de Violeta, respaldada y patrocinada por la Fundación Violeta Parra, surge con la intención de celebrar los cien años de Violeta, creando puntos de cultura popular en torno a la creadora, en rincones donde su figura es querida, pero tal vez no tan difundida.
La iniciativa también apunta a desarrollar un trabajo social en terreno, incentivando a las personas a crear grupos de folklore, a organizar ferias de artes populares, a crear al estilo de Violeta Parra en los ámbitos de las artes y la vida popular.

El trio se cerró con la intensa y pasional actuación de la invitada especial: Cristina Narea, acompañada de Osvi Greco, que terminó con un emocionado tema de Luis Eduardo Aute, que cerraba tres años de existencia, porque con Aute, precisamente, es con quien hace tres veranos se inauguró Kali Panoa, este espacio de encuentros privados para amigos y amigas. Un regalo más: la presencia de Cristina en una noche que disfrutamos a pesar del airecillo fresco serrano, en ese rincón de la sierra de Guadarrama, que se llena de magia con artistas como estas tres cantoras que se fueron sucediendo en el escenario hasta cerrar con un potpourrí de las más conocidas canciones de Violeta, en donde se volcaron las tres voces, y algunas más que estaban cerca: Clara Ballesteros, que ya desde el día anterior en El Escorial estaba comenzando a cantar su homenaje particular a Violeta y Catalina Claro, cantautora chilena que nos quedamos con ganas de escuchar a solas frente al micro, y que fue quien, de manera espontánea, se ocupó del sonido y estar atenta a las necesidades del escenario.

Un montón de anécdotas, de instantes preciosos que fueron para los que decidieron acompañarnos.
De nuevo, un público entregado al buen hacer. Un grupo de amigos y amigas que llegan siempre con toda la disposición para disfrutar en común. Más artistas queridos entre el público: Javier Batanero, Elisa Serna, Marcela Ferrari…
Una noche fantástica, observada de cerca y una vez más por el duendecillo que revolotea haciendo magia de la buena en este pedacito de monte.
De nuevo, un público entregado al buen hacer. Un grupo de amigos y amigas que llegan siempre con toda la disposición para disfrutar en común. Más artistas queridos entre el público: Javier Batanero, Elisa Serna, Marcela Ferrari…
Una noche fantástica, observada de cerca y una vez más por el duendecillo que revolotea haciendo magia de la buena en este pedacito de monte.
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Acompaña a Cristina Narea: Osvi Greco.
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