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Pedro Pastor y Suso Sudón, juventud potente
Cuando los tienes delante, actuando, la energía se te rebela, atraída por la potencia interpretativa de esa coyuntural pareja compuesta por dos personalidades poderosas, por la vitalidad de sus textos. Son un verdadero torbellino de una furia que no deja títere con cabeza, que se desborda en riadas creativas.
Resultó formidable, claro. Logran congeniar en el asiento la rabia, la risa, la ternura… los sentimientos y las emociones, todo lo que desprende la poesía y la música de Suso Sudón y Pedro Pastor. También pasó Martha Carpe por nuestro escenario, fenomenal descubrirla. Gracias.
Uno de nuestros queridos socios, Juan Cabrera, nos ha pasado un texto sobre aquel magnífico rato:
Cuando los tienes delante, actuando, la energía se te rebela, atraída por la potencia interpretativa de esa coyuntural pareja compuesta por dos personalidades poderosas, por la vitalidad de sus textos. Son un verdadero torbellino de una furia que no deja títere con cabeza, que se desborda en riadas creativas.
Resultó formidable, claro. Logran congeniar en el asiento la rabia, la risa, la ternura… los sentimientos y las emociones, todo lo que desprende la poesía y la música de Suso Sudón y Pedro Pastor. También pasó Martha Carpe por nuestro escenario, fenomenal descubrirla. Gracias.
Uno de nuestros queridos socios, Juan Cabrera, nos ha pasado un texto sobre aquel magnífico rato:

Viva la libertad
Me encarga Víctor la croniquilla del encuentro que tuvimos el sábado 14 de enero en La Zahara con Pedro Pastor y Suso Sudón, o Suso Sudón y Pedro Pastor. Como no se apenas nada de ellos, ni del derecho ni del revés, hubiera preferido preguntarles a ellos, pero no les tengo cerca.
Aunque tengo datos y estuve allí. A saber:
De Pedro Pastor me había hablado Daniel (Cromática Pistona) un tipo al que conozco desde hace 35 años y al que tengo la suerte de admirar y, por tanto, quiero. Y me fío. Ellos no se conocen, pero sí se conocen; andan por las mismas calles de Madrid a las mismas horas; todos saben de alguien que sabe de alguien. Todos forman parte de una hermosa realidad paralela que los gestores de la cultura institucionalizada se empeñan inútilmente en ignorar, como si pudieran contener el agua entre los dedos, los pobres.
Tiro de la ficha que la SGAE publica sobre Pedro Pastor y termina con esto: Cantemos como quien respira. Porque eso es la libertad, porque es decir que somos quienes somos, porque eso es el amor: respirar o cantar. Porque ambas cosas son la misma: poesía. Lo escribió un tipo que inventó palabras para unir generaciones, Gabriel Celaya, con quien me sigo sintiendo tan cómodo como ahora con esto que escuché el sábado: “Viva la libertad, viva la gente normal” lo cantan como quien lo dice o lo dicen como quien lo canta Pedro Pastor y Suso Sudón o Suso Sudón y Pedro Pastor.
Me encarga Víctor la croniquilla del encuentro que tuvimos el sábado 14 de enero en La Zahara con Pedro Pastor y Suso Sudón, o Suso Sudón y Pedro Pastor. Como no se apenas nada de ellos, ni del derecho ni del revés, hubiera preferido preguntarles a ellos, pero no les tengo cerca.
Aunque tengo datos y estuve allí. A saber:
De Pedro Pastor me había hablado Daniel (Cromática Pistona) un tipo al que conozco desde hace 35 años y al que tengo la suerte de admirar y, por tanto, quiero. Y me fío. Ellos no se conocen, pero sí se conocen; andan por las mismas calles de Madrid a las mismas horas; todos saben de alguien que sabe de alguien. Todos forman parte de una hermosa realidad paralela que los gestores de la cultura institucionalizada se empeñan inútilmente en ignorar, como si pudieran contener el agua entre los dedos, los pobres.
Tiro de la ficha que la SGAE publica sobre Pedro Pastor y termina con esto: Cantemos como quien respira. Porque eso es la libertad, porque es decir que somos quienes somos, porque eso es el amor: respirar o cantar. Porque ambas cosas son la misma: poesía. Lo escribió un tipo que inventó palabras para unir generaciones, Gabriel Celaya, con quien me sigo sintiendo tan cómodo como ahora con esto que escuché el sábado: “Viva la libertad, viva la gente normal” lo cantan como quien lo dice o lo dicen como quien lo canta Pedro Pastor y Suso Sudón o Suso Sudón y Pedro Pastor.

Y yo no puedo dejar de pensar que en estos tiempos de plomo es una suerte estar en la misma onda que gente treinta años más joven. A mi generación no le ocurrió a la inversa cuando entonces. Insisto, hablar el mismo lenguaje que ellos es una suerte, una gran suerte; nos evita gastar demasiada energía, nos ahorra discutir a sabiendas de que no llegaremos a ninguna parte. Es lo que hace que circule el aire entre nosotros y reconozcamos sin dificultad el aroma que lleva y trae.
El sábado, en los preámbulos, les veía moverse por la sala: Suso con movimientos algo felinos que casan mal con esa barbaza y ese zarcillo de corsario; Pedro con ese aire de borzoi (¿de casta le viene al galgo?) elástico, bello y elegante.
Cantan-hablan; hablan-cantan y, como un vapor tibio, sí, era sensualidad lo que circulaba y se enroscaba en forma de música y palabras alrededor de las patas de las sillas, entre los cojines, subía a las lámparas y bajaba; como una danza. Y nos tocó a todos los que allí estábamos.
Y va y dice Suso: “Solo los locos colocan otra vez las piedras en el camino por el puro placer de tropezar de nuevo” Sí, eso es. Es eso, exactamente si se me permite ser tan impropiamente categórico.
El sábado, en los preámbulos, les veía moverse por la sala: Suso con movimientos algo felinos que casan mal con esa barbaza y ese zarcillo de corsario; Pedro con ese aire de borzoi (¿de casta le viene al galgo?) elástico, bello y elegante.
Cantan-hablan; hablan-cantan y, como un vapor tibio, sí, era sensualidad lo que circulaba y se enroscaba en forma de música y palabras alrededor de las patas de las sillas, entre los cojines, subía a las lámparas y bajaba; como una danza. Y nos tocó a todos los que allí estábamos.
Y va y dice Suso: “Solo los locos colocan otra vez las piedras en el camino por el puro placer de tropezar de nuevo” Sí, eso es. Es eso, exactamente si se me permite ser tan impropiamente categórico.
“Yo pude haber sido escultor
y me la sudaría.
Podría haber sido pintor
y me la sudaría.
Podría incluso no haber sido
y entonces sí que me la sudaría.
Pero soy poeta, sufro,
luego existo.
Y la existencia me aprieta, me estrecha,
arruga las sábanas de la cama de la calma
y no me deja existir.
Cuanto más existo, menos existo.
Pero sigo,
sigo deslizando, sin pensar,
la punta del bolígrafo
como si se tratara de una tara
contradictoria y paradójica
apenas perceptible a primera vista.
Pues sobrevivirá el poema,
no el poeta.
Los poetas existimos
para no existir.”
Y los que amamos la libertad, también.
Juan Cabrera, un tipo normal.
y me la sudaría.
Podría haber sido pintor
y me la sudaría.
Podría incluso no haber sido
y entonces sí que me la sudaría.
Pero soy poeta, sufro,
luego existo.
Y la existencia me aprieta, me estrecha,
arruga las sábanas de la cama de la calma
y no me deja existir.
Cuanto más existo, menos existo.
Pero sigo,
sigo deslizando, sin pensar,
la punta del bolígrafo
como si se tratara de una tara
contradictoria y paradójica
apenas perceptible a primera vista.
Pues sobrevivirá el poema,
no el poeta.
Los poetas existimos
para no existir.”
Y los que amamos la libertad, también.
Juan Cabrera, un tipo normal.
SUSO SUDÓN Y PEDRO PASTOR: 14 DE ENERO DE 2017