Y estuvimos con DVersion, claro. Faltaron bastantes amigos y amigas que, aunque habían confirmado, por unas u otras razones finalmente no pudieron asistir.
Poquitos, que disfrutamos como enanos con una de esas bandas que deberían estar en boca de todos porque son, sencillamente, geniales.
Poquitos, que disfrutamos como enanos con una de esas bandas que deberían estar en boca de todos porque son, sencillamente, geniales.

La voz y la alegría contagiosa de Helen de Quiroga nos llevó como quiso más allá del soul y el jazz, jugó con nosotros al encantamiento, la subida y la bajada, haciendo que al final del concierto nos pusiéramos en pie y quisiéramos más y más Dversion, sin prisas por tomar nada, sin ganas de dejar el asiento.
Quienes estuvimos ya lo sabemos, pero quienes no hayáis tenido el privilegio de ver a la banda en vivo y en directo, os recomendamos que sigáis de cerca sus movimientos y no perdáis oportunidad de disfrutar con estos cinco músicos de lujo que merecen un lugar importante en la oferta musical en abierto.
Como comentó un asistente que de esto entiende de verdad: “Un país que no valora como merece a profesionales como vosotros es un país enfermo. Gracias por hacernos pasar un rato maravilloso”
Y ahí quedan algunas fotos para el recuerdo. No son perfectas, pero no teníamos cerca a nuestros cámaras habituales y sus equipos. Gracias, DVersion, fue un encuentro estupendo.