Todas las imágenes de esta página han sido realizadas por Rafael Arroyo.
Estuvo Carlos de Abuin entre nosotros, cantando, riendo, contándonos anécdotas con una naturalidad elemental. Y los presentes, disfrutando del arte y de la merienda.
Hizo algunas canciones de su último disco, La flor de la barbarie, inspirado en historias ambientadas en la guerra civil española y en la posguerra; episodios que le emocionaron por alguna razón, que no tenían que ver con el trasfondo ideológico.
Hizo algunas canciones de su último disco, La flor de la barbarie, inspirado en historias ambientadas en la guerra civil española y en la posguerra; episodios que le emocionaron por alguna razón, que no tenían que ver con el trasfondo ideológico.
Sin embargo, lo que sobre todo interpretó en Kali Panoa fueron temas de L’aragonés que tu yes, su proyecto más personal y lleno de novedades inesperadas. Ahí nos encantó, y aunque algunas veces nos perdiéramos un poco con la fabla, escuchamos con especial atención, descubriendo la belleza de un idioma que unas veces se parecía al catalán, otras al gallego o incluso al vasco, también al castellano, como si reuniera todos los sonidos de nuestra lengua española.
Lo hacía manejando el dulcimer, ese instrumento de los montes Apalaches que daba el sonido apropiado a los temas. Como ya habíamos anticipado, composiciones de una gran belleza.
Fue una tarde delicada, inesperada, de un maño que recientemente ha viajado a sus orígenes para encontrarse con esa bella tierra, con gentes de su Zaragoza natal, con esos sonidos y melodías nacidas de tal conocimiento, o reencuentro. Da gusto ver la belleza que es capaz de crear nuestras raíces cuando las atendemos.
Gracias Carlos por tu trabajo, nos encantó.
Fue una tarde delicada, inesperada, de un maño que recientemente ha viajado a sus orígenes para encontrarse con esa bella tierra, con gentes de su Zaragoza natal, con esos sonidos y melodías nacidas de tal conocimiento, o reencuentro. Da gusto ver la belleza que es capaz de crear nuestras raíces cuando las atendemos.
Gracias Carlos por tu trabajo, nos encantó.