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La magia de Luis Boyano reside en no dejar nunca que el público que lo ve y lo escucha se vaya igual que vino. Al margen de que repita un juego, al margen de que nos atraiga con nuevo repertorio, siempre habrá un invitado nuevo o una invitada que le permita dar un giro al espectáculo y lo haga discurrir sobre nuevos diálogos que rayan la temeridad, tras haberse zambullido en la provocación.
La tarde del pasado 16 de Julio no fue menos, sino todo lo contrario, fue a más. Agradecemos a gente como Encarna que no se ahorraran prendas en buscarle las vueltas a este artista del juego de la magia y del humor fino, que con sus hilos invisibles nos atrapó de nuevo la atención desde el minuto cero.
La magia de Luis Boyano reside en no dejar nunca que el público que lo ve y lo escucha se vaya igual que vino. Al margen de que repita un juego, al margen de que nos atraiga con nuevo repertorio, siempre habrá un invitado nuevo o una invitada que le permita dar un giro al espectáculo y lo haga discurrir sobre nuevos diálogos que rayan la temeridad, tras haberse zambullido en la provocación.
La tarde del pasado 16 de Julio no fue menos, sino todo lo contrario, fue a más. Agradecemos a gente como Encarna que no se ahorraran prendas en buscarle las vueltas a este artista del juego de la magia y del humor fino, que con sus hilos invisibles nos atrapó de nuevo la atención desde el minuto cero.

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Cualquiera que suba al escenario donde espera Luis tiene asegurada su parte de pastel de magia para disfrutarla en primer plano y en primera persona. Da igual si lo haces con nariz de payaso, con un trozo de carta entre los dedos, o a la espera de encontrar tu firma escapando inesperadamente de la lógica. La evidencia te dejará con cara de flipado o de flipada, que por supuesto compartirás con el resto del público, tal cual. No vamos a hacerle más spoiler de ninguno de sus números, nos lo haría pagar en su siguiente cita. Lo que sí haremos es recordaros los nombres de todos los que no estuvísteis el otro día y tenéis por lo tanto una cuenta pendiente. Bueno, mejor no, ese ejercicio de rapidez mental se lo dejamos a Luis y a su próximo encuentro con Kali Panoa.
Texto: Juan Carlos López / Fotografías: Nacho Arróniz