Todas las fotografías y vídeos de esta página están realizados por ©Rafael Arroyo
Iba a ser un día especial. Aprovechábamos el concierto de Marta Plumilla, Andrés Sudón y Juan Fernández Fernández para celebrar el cumpleaños de Chus, así que íbamos a contar con otros artistas que nos regalarían sus canciones.
Y, claro, fue un día especial. Sí, a Marta, a Andrés y a Juan ya los conocemos bien, entre otras razones porque siempre están dispuestos a venir a ofrecernos un poco de su arte; y nos encanta su trabajo, sus personalidades tan distintas, con tanta calidad. Forman parte de esa generación intermedia que liga a los cantautores de ayer con los de mañana. Ya cuentan con una trayectoria que los avala, aunque no haría falta, verlos es disfrutar, disfrutar de la originalidad de Andrés, de la poética de Juan, del tierno surrealismo de Marta.
Y, claro, fue un día especial. Sí, a Marta, a Andrés y a Juan ya los conocemos bien, entre otras razones porque siempre están dispuestos a venir a ofrecernos un poco de su arte; y nos encanta su trabajo, sus personalidades tan distintas, con tanta calidad. Forman parte de esa generación intermedia que liga a los cantautores de ayer con los de mañana. Ya cuentan con una trayectoria que los avala, aunque no haría falta, verlos es disfrutar, disfrutar de la originalidad de Andrés, de la poética de Juan, del tierno surrealismo de Marta.
Luego nos acompañaron y nos cantaron sus canciones nada menos que Javier Batanero, Javier Bergia, Clara Ballesteros, José María Alfaya y Elisa Serna. Gente igualmente querida, artistas de una pieza… Sí, de Toledo se dice que es una ciudad de piedra de arriba abajo, pues ellos son artistas así, de arriba abajo, puro arte. Además, poniendo todo el corazón en cada uno de los temas. No pudimos pedir más. Ni siquiera faltó una más que prolongada velada, en la que sobresalió Bergia que, a los que aún aguantamos disfrutando la noche, casi nos interpretó todo su repertorio, entre chascarrillo y chascarrillo.
Y nuestra Elisa. Elisa Serna. Cinco canciones y un baile fueron su aportación a la fiesta. La que Woody Guthrie dedicó a las Brigadas Internacionales, Cura Sana, Bandera Transparente centrada en la mujer, Las sabatas del Jaume y un cierre final, junto a Batanero, con Il partigiano. Emocionante su intervención, como siempre. Y su alegría contagiosa, y su ternura, y la dicha de encontrarse con gente querida. Fue su última intervención pública, sus últimas interpretaciones, porque tras el disfrute y la felicidad de ese día, su corazón decidió que era el momento de partir a cantar y reír quién sabe a qué otros universos lejanos. Y es que hay corazones tan grandes, tan especiales, que nacen para latir eternamente.
Aún suenan los cantos y la palabra de Elisa en este pedacito de monte. Los pinos bajo los que nos regaló su música aquella última noche de escenario, amistad y magia, han acogido su presencia como algo natural y amparan su imagen de eterna juventud buscadora, inquieta, solidaria.
Aún suenan los cantos y la palabra de Elisa en este pedacito de monte. Los pinos bajo los que nos regaló su música aquella última noche de escenario, amistad y magia, han acogido su presencia como algo natural y amparan su imagen de eterna juventud buscadora, inquieta, solidaria.